viernes, 25 de julio de 2008

Un poco de justicia.


Lo de ayer alivia la conciencia colectiva, es una caricia al alma, nos hace seguir creyendo, sentir q la lucha vale la pena.


Ayer en Córdoba finalizó otro juicio a algunos de los militares represores:


"Declarar a Luciano Benjamín Menéndez coautor mediato penalmente responsable de los delitos (...) privación ilegítima de la libertad agravada por ser funcionario público, por uso de violencia, por la duración (más de un mes) y por compeler a la víctima a hacer, no hacer o tolerar algo a lo que no estuviese obligada; tormentos agravados por la condición de perseguidos políticos de las víctimas y homicidio doblemente calificado, por alevosía y por pluralidad de partícipes (...) imponerle en tal carácter para su tratamiento penitenciario la pena de prisión perpetua. En consecuencia, revocar su prisión domiciliaria y ordenar su inmediata detención y alojamiento en una unidad carcelaria dependiente del Servicio Penitenciario de la provincia de Córdoba”.


Luego el tribunal leyó por orden de jerarquías. Dictó cinco prisiones perpetuas, por los mismos delitos que a Menéndez, para los suboficiales retirados Luís Alberto Manzanelli, Carlos Alberto Díaz, Oreste Valentín Padován y para el ex personal civil de inteligencia Ricardo Lardone, todos ex miembros del OP3. Al coronel Hermes Oscar Rodríguez y al capitán Jorge Ezequiel Acosta los condenó a 22 años de prisión y al suboficial Carlos Alberto Vega a 18 años, porque para las fechas de los homicidios habían cambiado de destino.


De todos modos, no puedo obviar el asco q me generó escuchar a Menéndez en su descargo, ver esa cara de piedra afirmando q "los terroristas en los 70 estaban en la ilegalidad y q hoy se habían apropiado de la legalidad (...) q este había sido el primer país en donde los militares q habían luchado por el bienestar del mismo eran juzgados".


Ni un poco de pudor le da a este hombre tener enfrente miles de pibes q perdieron a sus padre? q él les quitó a sus padres? q no solo los mató sino los torturó y no quiere dar datos de donde están los cuerpos? Ni un poquito de pudor le da a este señor pensar en que arrancaron bebes y le cambiaron su identidad? Ni un poquito de pudor le da a ese señor ponerse una escarapela con una banda negra de luto porque va a ser juzgado? nada lo hace pensar que quizás el q está equivocado sea él? Q cientos de personas estén festejando su sentencia no lo hace pensar en otra cosa?


Por suerte va a pasar el resto de sus días en una cárcel común, sin privilegios.
La ilustración es de Clarín.

Con ustedes, Karl Marx.


Les dejo algo de lo que dice este buen hombre:



"En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a si mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo."



"En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social."