martes, 24 de abril de 2007

La devaluación llego al rock.




Carta abierta de un “santo en remera“…


Necesito saber que esta carta llegará a manos de Ricardo y Diego y que ellos puedan responder a mis planteos.


Mi historia con Divididos…No terminaba de cumplir los 13 años cuando llega a mis manos el disco “Acariciando lo áspero”. Eso fue como una patada en el marote, realmente. Un cocktail por demás explosivo que se hizo mío al instante de escuchar los primeros compases. No podía parar de escucharlo. Al levantarme, mientras viajaba al colegio, en el colegio durante los recreos, volviendo del colegio, a la tarde con amigos, de noche antes de dormir. Ocupaba el 70% de mi tiempo tratando de entender, como músico incipiente que todavía soy, la forma en la que 3 tipos puedan sonar de esa manera. Es el día de hoy que todavía me asombro de esto, y tuve la posibilidad de conocer a muchas personas a las que les ocurrió lo mismo.Pasaron un par de años y me pude dar el lujo de verlos en vivo… Ya con 3 discos a cuestas y con una estirpe de gran banda, para los medios, producto de éxito reciente del disco “La era de la boludez”, y por sobre todas las cosas el tema “Que ves?” sonando en cuanta radio uno prendía. El momento de verlos fue casi el triple de lo que me pasó al escuchar los discos. Fue como “un amor del amor” líricamente hablando.Desde entonces no he dejado de asistir a cuanto recital pude, postergando cumpleaños de amigos o familiares, partidos de fútbol, asados y cuanta salida me propongan. De tal manera viajé a Mar del Plata, Necochea, Córdoba, Rosario, etc. para verlos.Nunca, pero nunca pedí una entrada o que me dejaran entrar de garrón. Lo mío no pasaba de pedirles que me dejen entrar en alguna prueba de sonido, pero jamás pedí una entrada. Siempre sentí satisfacción al pagar para verlos, sabiendo que les estaba “haciendo el aguante”, sobre todo en la época post-era de la boludez, hasta Gol de Mujer, en donde no se caracterizaron por ser masivos precisamente.Es más, una vez fuimos con amigos hasta la quinta en donde tienen la sala y no encontramos a nadie. Nos quedamos esperando medio día pero no tuvimos suerte. Queríamos acercarles un presente por el cumpleaños número 10 de la banda.


Por todo esto me atrevo a escupir estas letras en este papel…Creo no ser el primero en reclamar por este asunto, pero hablo por mí y los que abajo adhieran a esta carta. Me refiero a los precios de las entradas.No puedo entender el motivo por el cual las entradas de “La trastienda” no bajan de los $65 o $70. Sinceramente lo digo. Sé que el sonido, las luces y la puesta corren todo a cuenta de ustedes y que finalmente son como 20 personas laburando atrás de un recital, pero siento como una especie de discriminación con esos precios más que prohibitivos.Me ha tocado laburar en “La Trastienda” en la producción de un espectáculo de tango el año pasado y sin ir mas lejos Javier Malosetti o Los Natas tocaron este último fin de semana del año a precios totalmente accesibles. No superaban los $40. Estoy hablando de las entradas Generales de Pie o Mesas centrales o laterales.Verdaderamente creo que los precios, al igual que a mi, aíslan a una gran masa de gente que no pueden acceder a comprar un ticket para verlos.Me llegaron comentarios de que el tema no pasa por Divididos en sí, si no que es un tema meramente ligado con la productora que los contrata para tocar allí. No creo que esto sea tampoco excusa válida como para poner a ese precio las entradas generales. Son ustedes los que arreglan con la productora. Ustedes tienen más capacidad de decidir a qué precios pueden ir las entradas. Son los que finalmente cierran contrato con la productora. Están en condiciones de exigir alguna solución posible y que no recaiga siempre en nosotros el tema.


Es jodido decirles esto y que, ustedes, al leerlo no lo sientan como una ofensa, pero lejos está esta carta de buscar eso. Simplemente repito: Me dejan afuera de algo en lo que participé los últimos 14 años de mi vida. Por el simple hecho de no ceder un mango. Esto último es lo que deduzco de esta situación.Y visto y considerando el ritmo con el que vienen subiendo los precios de sus entradas, no falta poco para verlos en “La Trastienda” por $100. Y no creo poder verlos nunca más en esta situación.


Si el aumento en los precios de las entradas se debe a que ustedes están buscando llegar a otro tipo de público (y en definitiva dejar de lado al público que los seguía cuando las entradas eran más accesibles) supongo que ustedes son libres de tomar estas decisiones, pero me gustaría al menos comprender el motivo. Del mismo modo que si la razón es otra totalmente distinta, ésta puede ser una buena oportunidad para que se le explique a la gente por qué debe pagar para ver a Divididos $70, cuando para ver a otras bandas en el mismo lugar y en las mismas condiciones de ubicación, puede pagar $20.Es por esto que me preocupo en escribirles. Son la mejor banda del mundo y por eso me duele tanto. Los creo coherentes y con una idea social bastante cercana a mí pensar, por esto me duele más y másVuelvo a decir, que considero que esta es una oportunidad para que tanto la banda pueda informar, como para que la gente pueda informarse. Cuento con que Ricardo y Diego van a saber aprovecharla.


AbrazoErnesto (Durazno) González

En la imagen una foto de los Divididos en La trastienda.

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