sábado, 14 de junio de 2008

20 años no es nada.







En el underground de los 80 una banda rompía cabezas: Sumo (Roberto Petinatto, Ricardo Mollo, Alberto “Superman” Troglio, German Daffunchio, Diego Arnedo y Luca Prodan). Le aportaba creatividad, buenos músicos, un poco de reggae y un extrovertido líder extranjero a la escena nacional. La formación se disuelve con la muerte de Luca Prodan (voz). Surgen, entonces, dos de los grupos más importantes de nuestro rock: Las Pelotas (Daffunchio y Sokol perteneciente a la primera alineación) y Divididos (Mollo y Arnedo). De aquel suceso ya pasaron veintiún años y hoy una de sus herederas cumple los veinte.
Divididos llegó hasta acá a fuerza de puro rock, con ocho discos, buenos temas, algunos clásicos, el virtuosismo de Mollo y Arnedo (guitarra y bajo respectivamente) y una potencia indescriptible que se ganó el apodo de “la aplanadora del rock and roll”. La formación de la banda se fue modificando, en realidad siempre se mantuvo el power trío, el que variaba era el baterista. Saben elegir muy bien a sus bateros o al lado de ellos se potencian. Lo cierto es que ya pasaron cuatro (Gustavo Collado, Federico Gil Solá, Jorge Araujo y Catriel Ciavarella, actual) y hasta una batería eléctrica en las primeras presentaciones.
Es una banda colmada de potencia y energía con alta calidad musical. Es una de las mejores del rock actual y esta frase le cabe a cualquier momento de su carrera. Esto se puede comprobar en los shows y en la repercusión que generan. Hace seis años que no editan un disco de estudio, no hacen publicidad cuando tocan (solo lo publican en su sitio web) y agotan entradas. Algo de magia, además de música y fuerza, tiene este grupo que aún los mantiene en ruedo. La mística está en la relación de Mollo y Arnedo. Por eso, este artículo no va a detenerse en la producción realizada durante las dos décadas de Divididos. Para otro momento quedará evaluar sus creaciones artísticas. Hoy solo nos interesa saber cual fue la razón que los hizo comenzar a escribir otra historia. Entender porqué dos personas de cincuenta años siguen tocando como si fuera la primera vez. Entender algo de ese encanto.
Cuando ahondamos en los motivos que llevaron a la creación del grupo nos encontramos con que fue la necesidad básica del hombre de suplir un dolor insanable, el instinto de supervivencia. La muerte de Luca Prodan los había dejado sin banda y con un amigo menos. Ricardo y Diego decidieron seguir haciendo lo que sabían, música. En el sitio web de la banda (http://www.divididos.com.ar/) Arnedo asegura que “En ese momento había una necesidad de volver a sentirse consolidado en algo después de la dispersión que generó esa muerte” y Mollo completa “cuando llegó ese momento, el momento de la desolación dijimos sigamos haciendo música pero ¿hacia donde? Y no hay hacia donde, sino simplemente hacerlo. Porque la necesidad es mayor”.
Así comenzó la historia de lo que se trasformó en la “aplanadora del rock and roll”. Algo que parecía ser momentáneo, que tenia que ver con razones puramente personales se convirtió en parte fundamental de la historia del rock Argentino. Por esa tendencia humana de subsistir, por ese sentir que la música es una única forma de ser, de vivir, de hablar. Quizá esta motivación tan primitiva tenga mucho que ver con esa magia que nos deslumbra en cada disco, en cada canción, en cada concierto.
Así nació Divididos y así escribe su historia. A modo de festejo el martes y el miércoles de esta semana se presentaron en el mismo barrio que hace 20 años, Flores, haciendo lo mismo que aquel día y con la misma pulsión: música que les permite avanzar.

No hay comentarios: