miércoles, 19 de marzo de 2008

CONTRADICCIÓN.


Abril Sosa dice en su blog:

“En sus las analectas Confucio señala que para lograr una lazo profundo y valedero con otra persona, uno debía dar más de si mismo y esperar poco de los demás.La idea es genial. Incluso, hemos comprobado cuan cierta nos resulta, a la hora de querer y de amar, sin que esto nos perjudique. Sin embargo, todo parece redimirse al orgullo y el rechazo, cuando las personas que queremos- personas que comenzamos a querer por una razón específica- no nos resultan "familiares". Entonces esperamos ese "más" del otro, que por supuesto nunca llega. Conclusión; querer sin esperar nada a cambio no resulta muy "humano".”

Leí esto y coincidí. Al instante siguiente, comencé a reír. Es que esta idea es casi opuesta a la que expuse ayer. Creo que la respuesta a esta contradicción es que para que cada cosa ocupe su lugar necesita tiempo. Es normal que al comienzo uno espere más del otro, incluso que se enoje con aquel por no darle lo que esperaba. Sin embargo, después de un tiempo comprendemos como son las reglas del juego. Podría decirse que el hombre reacciona así por instinto, por aquella necesidad inherente al humano de ser aceptado y sentirse menos sólo. Luego, cuando la marea se calma y el cuerpo se enfría, puede discernir con claridad la situación, entender, aceptar y ahora a sí largarse a sentir con el único fin de experimentar dicha práctica.

No hay comentarios: